EDITORIAL

La llegada de la libertad

Sus editores son personas en ejercicio del derecho de libertad de expresión consagrado en la Constitución de la República Oriental del Uruguay y en la Declaración Universal de Derechos Humanos.

La llegada nace en un tiempo de retracción de propuestas comunicacionales clásicas. Pero su voluntad está dirigida a mantener la vigencia de soportes irrenunciables para ciertos lectores -como el papel- e incursionar en los más avanzados tecnológicamente, generadores de una incomparable oportunidad democrática.

Sus trabajos periodísticos están inspirados en el rescate de valores esenciales de nuestra república, generalmente desoídos, ignorados u olvidados, por efecto de la vorágine consumista, materialista, cultora de lo efímero. O del pensamiento correcto. Y de los revisionismos que quieren hacer creer que el pasado, la historia, pertenece y debe ser esclava del presente, especialmente de sus ideologismos.

La llegada es desde hoy, una post comunicación resucitadora de elementos esenciales para una ética transformadora del pensamiento retrógrado. La llegada apuesta a las antiguas mesas de boliche, sí, las que reunían en interminables tertulias, a soñadores, pensadores, profesores, con vagos pensantes, con revolucionarios, con poetas, con cantantes, con filósofos. Con seres de utopía y huesos. Y por siempre de libertad.

Lo hará de dos maneras. Con algo que jamás faltaba en las mesas de boliche, unas hojas de diario impresas. Con lo que fuera. Ideas, noticias, opiniones, sueños, denuncias, poemas. Habrá La llegada tabloide papel, a veces. Y digital siempre.

También habrá La llegadatv. Un producto audiovisual con canal propio que aportará materiales diferenciales en esta propuesta por la libertad de expresión.

Uruguay necesita que todas esas personas y personajes tengan una vía para que los bienes de sus almas lleguen a destinos importantes en este tiempo. Eso es lo que desde hoy mana de las páginas y pantallas de La llegada. Libertad, sueños, ideas. Las ideas que faltan.