Ubicuidad de la tecnología digital tanto en nuestra sociedad como en nuestro cuerpo

Por Mario Martín CEO & Founder de BeGalgo – www.BeGalgo.com

Por si alguien lo duda, tengámoslo claro todos que la Inteligencia Artificial (IA) ya transforma nuestras vidas y se superpone a la Inteligencia Humana (IH). Hace apenas unas semanas participé en un evento que reunió en Madrid (España) a +500 profesionales entre ejecutivos de negocio y personas afines a la tecnología, donde se expuso durante tres días y en numerosas salas todo el ecosistema de la situación compleja de la transformación empresarial hoy por hoy.

Cuatro revoluciones industriales

Si bien en cada una de las numerosas salas a las que teníamos acceso en sesiones de mañana y tarde, el promotor de la charla hablaba de “su libro”, no faltó en ninguna de ellas una específicamente dedicada al mundo de la IA. ¿Por qué…?

En realidad es muy sencillo: en los últimos tres siglos hemos vivido cuatro revoluciones industriales. La primera se corresponde con el momento histórico en que sociedades que eran mayoritariamente agrarias y rurales se convirtieron en industriales y urbanas, la electricidad impulsó la segunda revolución industrial, e internet y los ordenadores personales la tercera.

La IA está provocando la cuarta revolución industrial que se apoya en avances de la revolución digital, pero que incorpora la ubicuidad de la tecnología digital tanto en nuestra sociedad como en nuestro cuerpo, y la unión creciente entre los mundos físico, biológico y digital. Los sistemas de IA están transformando la medicina, el transporte, el sector energético, la seguridad, nuestra elección de contenidos de cultura y ocio, la economía en su conjunto y por supuesto la ciencia, a pasos agigantados. Todo apunta a que en poco tiempo el planeta estará
envuelto en un sistema circulatorio que lo irrigará capilarmente con IA.

Convivimos con IA, ¿sin saberlo?

Más allá de estos hitos, que pueden parecer alejados de la aplicación práctica, la IA ocupa ya un lugar importante en multitud de esferas de nuestra vida. Convivimos con la IA probablemente sin saberlo. Está presente en los sistemas de búsqueda y recomendación de información, contenido, productos o amigos que utilizamos en nuestro día a día, como Netflix, Spotify, Facebook, y en cualquier servicio de noticias o de búsqueda en internet. También, en las aplicaciones para la cámara del móvil que detectan automáticamente las caras en las fotos; en los asistentes personales de móviles y hogares; en chatbots conversacionales; y en las ciudades inteligentes, para por ejemplo predecir el tráfico.

La IA interviene en la compraventa de acciones, la adjudicación de créditos, la contratación de seguros y la fijación de tarifas, entre otras muchas decisiones que marcan el ritmo de los mercados financieros y las empresas.

La salud, la ciencia

En el ámbito de la salud funcionan ya los sistemas de diagnóstico automático a partir de historiales clínicos, así como programas de análisis de imágenes médicas, para asistir al diagnóstico radiológico, y de ADN, para por ejemplo detectar mutaciones o variantes genéticas asociadas a enfermedades. No es baladí, que numerosas aplicaciones se destinan al ámbito de la seguridad y la defensa, desde el control de viajeros en las fronteras y la adjudicación de visados, hasta para fabricar armas autónomas.

La IA empieza a convertirse en un actor importante de la investigación científica, interviniendo en modelos físicos de toda clase de fenómenos y procesos, en la predicción de la estructura tridimensional de las proteínas, en el diseño de fármacos…

Las advertencias

La lista es larga. Pero hay que estar vigilantes, hay ya voces de personas cualificadas (recientemente Elon Musk que estuvo involucrado en la fundación de OpenIA, ha puesto una demanda acusándoles de ser un peligro para la humanidad) y gobiernos (en los últimos dos años los gobiernos de más de una veintena de países han elaborado estrategias nacionales sobre IA), han levantado la voz y expuesto que hay que poner pautas al uso indiscriminado de la IA ya que tiene un conjunto de características singulares que contribuyen a convertirla en un elemento clave. Para empezar, la IA es transversal e invisible.

La ciberdelincuencia ¿se disparará?

Otro tema muy preocupante es que se espera que la ciberdelincuencia se dispare en los próximos años por el uso de la IA. Según datos recientes de Statista Technology Market Outlook, National Cyber Security Organizations, FBI, IMF, el coste de la ciberdelincuencia en el mundo expuesta en trillones de USD$ pasará de los 14.57 en el 2024 a unos preocupantes 23.82 en el 2027, todo ello teniendo en cuenta que en el 2018 fueron de tan solo 0.86.

ChatGPT

En la era digital en la que vivimos, la IA está desempeñando un papel cada vez más prominente en nuestras vidas, para lo bueno y para lo malo. Uno de los avances más notables en este campo es ChatGPT, una creación de OpenAI que ha revolucionado la forma en que interactuamos con las máquinas y cómo abordamos diversas tareas.

Para los escépticos de lo que puede hacer la IA hoy en día, pongo el reciente reto que un usuario lanzaba a las redes sociales, añadiendo que el mismo está bien lanzado ya que para muchas personas no les sería tan fácil traducir el dibujo en su más amplia expresión, pero veamos lo que tradujo ChatGPT sobre este dibujo: