Las Instituciones, también para la transición energética

CATALEJO
Fitzgerald Cantero Piali es Licenciado en Ciencia Política y Máster en Administración y Gestión Avanzada de Proyectos. Fue Director Nacional de Energía en el Ministerio de Industria, Energía y Minería, director del Banco de Seguros del Estado, diputado y edil departamental. En la actualidad es Director de Estudios, Proyectos e Información de la Organización Latinoamericana de Energía. 

EL VALOR DE «LA POLÍTICA»

David Runciman en un breve ensayo –Política– define claramente cuál es la diferencia fundamental en la que se basa la elección por un país u otro. Comienza el libro comparando a dos países, uno con recursos naturales, clima agradable y próspero para la producción de alimentos y el otro con serias dificultades para contar con esas ventajas. Obviamente si pudiéramos elegir, todos elegiríamos al primero. Pero esa decisión cambiaría cuando le pongamos nombre a la comparación. El primero es Siria y el segundo es Dinamarca. ¿Entonces? ¿Por qué elegimos Dinamarca en lugar de Siria? Según este profesor de Ciencia Política de Cambridge, por la política. Es decir, por el funcionamiento institucional, las reglas de juego y el estado de derecho.

¿Qué ocurre cuando hablamos de transiciones energéticas?

No hablemos de ir a vivir a esos países, reflexionemos otros aspectos de su vida cotidiana. Por ejemplo, cómo tratan los países sus recursos naturales para la transición energética. ¿Juega también allí la institucionalidad a la hora de la extracción de los mismos y la distribución de la riqueza que brindan? La respuesta es sí.

Una rápida mirada por los minerales más necesarios para la transición y el lugar donde se encuentran, nos muestra que mayormente se concentran en los países que están en la carrera de la fabricación de equipamiento para esa transición, básicamente China, seguido de lejos por Estados Unidos; y en países en vías de desarrollo económico, latinoamericanos y bastante rezagados como algunos africanos, Congo mayormente. 

Las relaciones económicas y políticas, de quienes buscan explotar esas materias primas en esas regiones, dependen de la debilidad/fortaleza de los sistemas gubernamentales de dichas repúblicas. 

LA FORTALEZA INSTITUCIONAL

La institucionalidad juega un papel fundamental en los países en múltiples aspectos. En éste concretamente, es determinante para que los recursos naturales no sean extraídos fácilmente y sin dejar una contrapartida a los países, cuyas ganancias no terminen en unas pocas manos, en lugar de ser distribuidas lo mejor posible entre toda la población.  Estados Unidos y China mantiene, también en este terreno, una carrera comercial por liderar la producción de los componentes para la transición energética. La debilidad institucional de los países determina haca dónde apuntan, con mayor o menor énfasis, los intereses extractivos requeridos.

Sistemas políticos fuertes, políticas públicas y legislación clara, para el manejo de los recursos y la aplicación de las políticas energéticas, se vuelven esenciales para que las ventajas de la descarbonización, alcancen directamente a todos y no a unos pocos. También en el sector energético, vital para la vida de las personas, la política importa. Transformar a la política energética como política de Estado, es síntoma de madurez institucional y de consolidación de premisas para el desarrollo de los pueblos.